El Malecón se transforma durante el Día de Muertos. Nubes violetas flotan sobre la Bahía de Banderas mientras velas iluminan senderos de cempasúchil, cuya fragancia se mezcla con la sal del mar. Una Catrina gigantesca hace guardia junto al faro, su silueta dramática contra la luz que se extingue mientras las familias acomodan calaveritas de azúcar y pan de muerto en vibrantes altares públicos.
La celebración irradia alegría, no tristeza: el Día de Muertos honra el lazo perdurable de la vida con quienes ya partieron, una tradición que la UNESCO reconoce como patrimonio cultural inmaterial.
Noviembre trae condiciones perfectas para las festividades al aire libre. Las temperaturas van de 27 a 31 °C (bajos a altos 80 °F), las noches siguen siendo agradablemente cálidas y la temporada de lluvias ya terminó. Es el clima ideal para procesiones por las calles y reuniones frente al mar.
Desde finales de octubre hasta principios de noviembre, Puerto Vallarta entrelaza la belleza de la costa del Pacífico con la tradición mexicana centenaria. Aquí tienes cinco experiencias que te conectan con celebraciones locales auténticas mientras disfrutas de las noches templadas.
1. Pasea por el Malecón y súmate a la celebración de toda la ciudad
Cuando el sol se oculta detrás de la bahía de Banderas, el Malecón resplandece con cientos de velas. El copal navega en la brisa marina mientras pétalos de cempasúchil trazan caminos brillantes hacia intrincadas ofrendas. El malecón vibra cada noche del festival, y entenderás por qué a los pocos minutos de llegar.
El 1 y 2 de noviembre, el Malecón se convierte en una galería al aire libre. Artistas de arena esculpen escenas de tamaño real junto a un concurso de ofrendas que llena el paseo de color. Levanta la vista y verás a la Catrina más alta del mundo, un esqueleto de 75,5 pies (23 m) con encaje y terciopelo que hace guardia en el Faro del Malecón. Su silueta contra el cielo rosa atrae tantas cámaras como cualquier espectáculo de fuegos artificiales.
El clima es cómodo, con humedad baja y casi nada de lluvia, lo que mantiene agradable la celebración por horas. Llega unos 30 minutos antes del atardecer para absorberlo todo. Algunas partes del Malecón se vuelven solo peatonales, así que los zapatos cómodos son clave.
El Gran Desfile de Catrinas y Catrines arranca en el panteón de la colonia Cinco de Diciembre y serpentea hacia el sur, desbordando ritmo, maquillaje y risas sobre cada adoquín.
2. Baila bajo las estrellas en el Majahuitas Music Festival – 1 de noviembre
La celebración continúa en el mar, mientras un catamarán cruza la bahía de Banderas rumbo a una cala iluminada con antorchas donde la selva se encuentra con el oleaje. Veinte minutos después, pisas la playa Majahuitas y la “pista de baile selva-mar” cobra vida antes de que tus sandalias toquen la arena.
El Día de Muertos 2025 en Majahuitas lucirá cempasúchil tejido en los techos de palapa y se presentará oficialmente como una celebración cultural para toda la familia.
Las noches de noviembre son templadas y casi sin lluvia, perfectas para bailar descalzo bajo las estrellas mientras las brisas cálidas del Pacífico mecen las palmeras. Viaja ligero, guarda el celular en una bolsa impermeable y cambia los tenis por sandalias que puedas quitarte al primer beat. Te recomendamos reservar: los lugares en el catamarán vuelan.
3. Vive Rhythms of the Night: Especial Día de Muertos – del 27 de oct al 1 de nov
Desembarca en un muelle iluminado con antorchas y decorado festivo en Las Caletas tras un sereno paseo al atardecer. Este evento exclusivo transforma el celebrado Rhythms of the Night en un viaje inmersivo por las tradiciones ancestrales a través de ALMA, una obra de arte escénica creada por Mukhtar Mukhtar.
La producción entreteje con maestría la autenticidad cultural con elementos teatrales espectaculares, invitándote a explorar el simbolismo profundo en un anfiteatro selvático naturalmente privilegiado y reconocido por su nivel escénico internacional.
El evento ofrece opciones Estándar y VIP; VIP incluye mesas exclusivas frente al mar y maridaje de vino.
4. Sigue la Ruta de Ofrendas: altares y panteones en el Centro
Más allá del espectáculo del malecón, el Centro se convierte en una galería al aire libre de ofrendas: altares hechos a mano que dan la bienvenida a los seres queridos de vuelta al mundo de los vivos. Aléjate del Malecón y deja que el brillo de las velas con aroma a copal te guíe por el corazón histórico de Puerto Vallarta.
Comienza tu recorrido a pie en el parque Lázaro Cárdenas, donde artesanos levantan arcos de cempasúchil tan altos como las palmeras. De ahí, ve al anfiteatro Los Arcos, enmarcado por altares municipales y música en vivo tras el anochecer. Cruza al festival ribereño de la Isla Cuale, un laberinto de papel picado y antojitos, y luego piérdete por las calles de la Zona Romántica, donde los cafés compiten en un amistoso concurso de altares.
El respeto no es negociable. Baja la voz cerca de las oraciones, evita el flash y no toques las ofrendas en las tumbas, especialmente el 2 de noviembre; los locales atesoran ese desvío de diez minutos cuesta arriba. Te sugerimos llevar agua, calzado para caminar y llegar una hora antes del atardecer para ver cómo los altares “despiertan”.
5. Prueba los sabores de la temporada
El viaje sensorial también llega al paladar cuando el inconfundible aroma a pan de muerto perfuma las tibias noches de noviembre. Cada pan, sorbo y guiso colocado en un altar alimenta a las ánimas que regresan, y a ti también.
Empieza por las tradiciones de la calle. Busca a los vendedores apilando hogazas redondas de pan de muerto junto a ollas burbujeantes de tamales. Para beber, pide un atole espeso o el chocolate caliente mexicano con su toque de especias. Los precios son accesibles, así que lleva cambio en billetes y monedas, y ve picando mientras caminas.
Vive el Día de Muertos
La celebración del Día de Muertos en Puerto Vallarta ofrece algo extraordinario: la oportunidad de ver cómo la muerte se transforma de final en continuidad, de tristeza en celebración. Ya sea que bailes en playas iluminadas con antorchas, sigas senderos de cempasúchil por calles antiguas o compartas pan de muerto con extraños que se vuelven amigos, descubrirás que este festival no trata de los muertos: trata de la vitalidad eterna de la memoria, el amor y la comunidad.
Empaca el respeto junto con tu cámara y prepárate para cinco días que cambiarán cómo ves la vida y la muerte.